sábado, 8 de mayo de 2010

Mala ONda

El libro de Fuguet que marcó mi adolescencia con mala onda.

Entre la incesante búsqueda de identidad, inconformismo compulsivo, crítica a la autoridad y a todo lo que hay en el universo, Mala Onda es un libro que pertenece a la cultura pop.
El protagonista, Matias Vicuña, es un adolescente proveniente de una familia 'cuica' y disfuncional, sumado a tiempos de dictadura y al fácil acceso a drogas, es fácil entender que esté 'chato' de todo.
Fuguet mismo, lo describe como a Papelucho con 8 años más y jalado.

Luego de haber creado a Vicuña en mi mente, años más tarde, me encuentro con un corto en youtube, donde finalmente Fuguet caracteriza a su alter-ego, dejándome admirada por la imagen similar que tenía de él, aunque... quizás lo imaginaba más como Cruz Coke en SE ARRIENDA, pero bien, mal que mal era sólo un chico disgustado, ni muy rebelde ni muy rockero, tan sólo un adolescente.



Recuerdo haberlo leído por 1º vez en mi adolescencia e inevitablemente me enamoré de Matias Vicuña,  no por ser el chico ideal, porque claramente no lo era, sino por verme un poco reflejada en él, por sentir que no estaba tan sola y había alguien (aunque sea ficticio) que pensaba un poco como yo, y es que es un libro de muy fácil involucramiento, que se interna en el disgusto precoz de darse cuenta de toda la mierda que hay alrededor.

Remontándome a esos tiempos, entre 1º y 2º medio del colegio, era otra y muy difícil de creer.   Apática y con un constante disgusto con la vida, no se ajustaba para nada con mi apariencia de teeneger dulce de pecas y frenillos.  Recuerdo haberme dado cuenta de mi estado cuando un día, luego de haber explotado en clases por algo, salí y me senté en una banca en el patio, ahí llegó mi profe de música a sentarse a mi lado, y luego de hablar un poco me dijo:
"Yo pensaba que eras un yogurt de Tutti Frutis, pero en verdad eres como un budín de espinaca"  Entonces, me quedé haciendo la relación un segundo, lo  miré con un leve desprecio, me paré y me fui. No me entendía.  La adolescencia es difícil y un tiempo para adolecer, ahora sólo agradezco haber salido de ella.

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